miércoles, 10 de diciembre de 2014

Las rutinas







tuve amor, trabajo y psicóloga en un 8vo piso . desde esa altura se distingue la costura de la ciudad, la vida enlatada, se puede dibujar con el dedo el fino horizonte que con suerte se distingue si el paisajismo no comió de más . en un 8vo piso el aire es distinto . el viento larga la gambeta, el sol gana minutos, el ojo se vuelve un pájaro callado que hace nido en cada ventana abierta . recuerdo goles de Boca, atardeceres prendidos fuego, corridas de madrugada, grúas portuarias como arrayanes petrificados, gorditas tomando sol, los bondis de siempre amontonando a la gente de siempre . por años fotografié a la ciudad desde arriba . hasta que no . no más.

y es ahí, cuando el dedo en el ascensor aprende a tocar más abajo y bajar por birra hasta el chino no supone un viaje a la Luna . cuando la ropa de cama se muda de casa, se muda de piso, se muda de cama . es ahí cuando tu perfume se amolda al mío, porque ahora sí hice lugar . entonces, bienvenida a este nuevo momento que pienso empapelar con fotos de tu risa de dientes ordenados, de tus ojos chiquitos, de tu cuerpo como un océano, el día que te conocí . reacomodo el mapa de la noche, sincronizo nuestros relojes, te espero como nunca esperé a nadie . tengo la voluntad y la pericia para hacer las cosas bien o estupendamente mal . ordenar el crescendo, orquestar el clima, decirte “linda” cuando sea oportuno, decir “te extraño” cuando menos lo esperás y más necesitás . elegir las canciones que anudarán nuestros días, elegir las palabras que serán el efímero puente entre el momento en que me lees y automáticamente sonreís, como un regalo . mi único deseo es que no estés loca y que puedas abrazar más de lo que tus brazos te dejan . con eso nos alcanza para empezar a conocernos, para querer compartir una tarde, para matarnos como animales en tu cama o en la mía . después vendrán los escudos de batalla, la eterna competencia de karaoke, el silbido de una noche de verano en el balcón, ebrios de birra y de posible amor . repasaremos las viejas heridas, las viejas historias y todas esas notas de voz serán la caja negra de lo que realmente vinimos a decirnos: que me encantás, que me podés, que me atrapás, me cautivás, que me tenés cuando querés, como querés.

le pongo a tu cara un nombre, a tu nombre un apodo, a tu apodo una historia . a esa historia un punto en el mapa que memorizo por si me pierdo en tu barrio o en mis pensamientos . hay coordenadas que nunca mueren, que se señalan desde la bici, con mucho cuidado . puntos obligados del citytour de mi invierno en pleno verano porteño:

  acá vive la innombrable.
  acá vive la que me rompió.
  acá vive la piba más linda que conocí.

viajar se vuelve insoportable con postales como éstas, donde algunas hacen de su casa una tumba de historias truncas y malas decisiones . donde veo a mi fantasma paseándose en boxers, acariciando al perro, abriendo la heladera, cepillándose los dientes y sabiendo más que nunca, que esa noche es la última que podemos llegar a compartir . para vos sólo tengo palabras bien peinadas, dispuestas a todo . para vos sólo tengo perfume de sandía y pepino, empalagando la casa . tengo el cuerpo como una estufa, la boca armada y precisa, el abrazo justo cuando el frío ataca bien adentro . basta de boludos inoperantes que rompen minas, a veces no hay pegamento que salve . basta de platos rotos, de sobrepeso de equipaje, de plantar espejismos y cosechar completos garrones . basta.


te propongo lo siguiente:

enfrentaremos la corriente, desataremos el miedo desde el comienzo, llegaremos en pleno diluvio y de madrugada . nos diremos cosas al oído justo antes de dormir . cruzaremos los dedos, los de las manos y pies, los de las ganas también . esperaremos sobre la mesa una comida pendiente . tendremos un plan entre los dientes . empezaremos cada mañana con el aliento ajeno sobre la cara . con una foto única del sueño y el bostezo invadiendo la piel y todos los pisos de este edificio .


muchas veces las rutinas se mueren .
se rompen, se ignoran, se callan a los tiros . muchas veces sucede que el cuerpo expulsa esa comodidad, la vomita fulero y la libertad pasa a tener aroma de nuevo y recién comprado . las rutinas marcan años, marcan épocas, marcan ciclos . marcan el cuerpo a latigazos de tiempo y espacio . marcan los humores y la malasangre en el espejo . esta mañana, cada mañana.


hasta que no . no más.




No hay comentarios: