la última habitación del mundo
podría ser tranquilamente como ésta
indeleble
gratuitamente inmortal
escrita con olores
que sólo se respiran de noche
cuando los cuerpos aprenden
a besarse a la distancia
me importa poco y nada
que la puerta se venga abajo
con los gritos distorsionados
de las que piden mi muerte
mi destierro, mi perdón
yo ya elegí despedirme
de todos aquellos sitios
en los que supimos mirarnos tanto
hasta aprendernos de memoria
no me gusta que me dejen
por eso te dejé
antes de que se te ocurra
cometer tal acto de crueldad conmigo
no fue egoísmo
fue amarte al revés
dejarte librada al azar
de aquellas historias que siempre terminan bien
pero no
hoy no quizás
hoy no toca tu mano la puerta que toca la pared
de ésta, la última habitación del mundo
o si,
quizás si
quizás ya estás adentro
sentada y desnuda
fumando torpemente
esperando que algo te vuele la cabeza
porque la espera
es un acto que se hace fumando
y a vos te queda tan bien
o si,
quizás si
quizás ya estás
amarrada a esa silla
mirando por la ventana
cómo es que la vida
resultó ser un degradé de horas
que nunca nos preocupó acomodar
podría ser
que esta tenue luz
sea una jugada silenciosa
una idea seductora
para marcarte un camino hasta mis pies
donde empiezan mis contornos
pero no,
el cielo está tan abajo esta noche
y el sol tan por encima
que no hace falta buscar estrellas
más allá de tus tobillos
la ventana estornuda
este flash intermitente
como una sirena nuclear
donde se agitan todos los desastres
capaces de entrar en un segundo
y la espera es desesperarse
por mirarlo todo
una última vez
el aire se espesa
en una foto para siempre
digamos "whisky"
y que se sientan quemar nuestras lenguas
vendamos nuestras almas
al momento más esdrújulo
de la vida de una cámara
elijamos bien la pose
ya que es definitiva
y elijamos la mejor sonrisa
para sabernos felices
por lo menos una vez
aunque puedo decir
que ser feliz no es un estado
sino una desatenta decisión
¿cómo será amar a alguien
solamente por el ángulo
que describen sus cejas?
¿cómo será tocarte las manos
con las que escribiste un mundo
que hoy aprendo a destruir?
siempre pensé que el olvido
eran los lunares de tu cuerpo
como manchas de humedad
hermosamente planeadas
pero con vos
hoy
sería preciso morirse dos veces
para aprender a resucitar
y ver que la vida a veces suele aplaudirnos de pie
dame un abrazo
o tal vez dos
ya no creo sentirme a salvo en este mundo
ni creo tampoco, que él se sienta a salvo en mí
ya quisiera yo
haber tenido todo el tiempo del mundo
para no hacer nada
o peor aún
para poder hacerlo todo
tener mi breakfast americano
mis excusas siempre listas
mi ducha de 30 minutos
para arrugarme los dedos
y perder mi identidad
y así
un final
cuando el fundido a negro
pone en blanco mis pupilas
el aroma de los heliotropos
inundando a ésta,
la última habitación del mundo
donde un harakiri se hace un recuerdo
por primera
y última
vez
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