el 93 y sus frecuencias
inexplicables
aún así
razonables
esa estación de servicio
como un faro
llamándonos a lo lejos
y vos conmigo
en medio de la noche
permeables al aire
y a las luces de los autos
y vos conmigo
manteniéndote en pie
por el sólo hecho de estar ebria
con un pedo inmortal
un pedo Highlander
que no deviene en el tiempo
y ya lo creo
que Leibniz
estaría tan orgulloso
de ver que su mónada
puede ser una chica
en plena avenida
esperando al sueño
o al colectivo
¿qué más da?
sólo la noche
puede ser esta mujer
prendida fuego
que nunca te dirá su nombre
pero si dónde acabarle
y sólo la noche
puede entender
esta nueva soledad
suma de otras soledades
y las fiestas
la hoguera del tiempo y los regalos
es esta huella errante
que se nos parece tanto a estos pies
que caminaron vidas
para encontrar la resonancia
el eco
la instantánea
el pan de salvado
que nos salve del mundo
que nos ilumine únicos
en la oscuridad de los nombres
en pleno Urquiza desolado
donde otro faro
nos da calor y medialunas
y así entendemos
(por fin entendemos)
que nunca entendimos nada
y que todo está por suceder
siempre
prestame la mano
para hacerme una copia de tu risa
o de tu alma
(si tengo tiempo)
hacerla imperceptible
a la mirada del resto
que no me la roben
que no me la soplen
porque yo la vi primero
y en este preciso momento
es lo único
que me ata al mundo
tu divague
tu boca perfectamente callada
y yo haciéndome el interesante
trazando estrategias
que no se aprenden en días como hoy
donde todo el fernet del mundo
sólo me haría feliz
si sé que puedo morirme
sin preocuparme
en el detalle de tu sofá cama
que se hace el sordo
y que no sabe Inglés
pero yo sé
que todos guardan un secreto
celosamente
a espaldas de la vida
del "yo nunca"
y juro que no miento
cuando digo que te miento
que soy un liar de etiqueta
el mejor a esta hora
en este lado del mundo
y que me pise ese 93
que ya no llega
que ya no esperamos
si no digo que verte dormir
fue la mejor poesía
que mi cama nunca tuvo