“Parece
el sonido del mar” te dije frunciendo el ceño, como si ese gesto me ayudara a
agudizar el oído, ¿te acordás? Así nos conocimos. Me respondiste que eran los
primeros segundos de Sveglia, como quitándole importancia. Por un momento supuse
que me hablabas del edulcorante y no entendí nada. Vos viste que estaba
confundida y te reíste. Los dos nos reímos, bah.
“Una
canción que tiene trompetas siempre es importante”, pensé en eso, nunca te lo
dije. Hoy te quisiera decir todo, como cuando te abrazaba ni bien nos
levantábamos después de haber peleado la noche anterior. No me copa dormirme
chinchuda, con pensamientos anudados, lo sabés. Ese abrazo te quisiera dar, el
que lo abarca y cura todo.
Estoy
en un cyber escribiendo este mail porque no quiero llegar a casa, ver las
paredes blancas y desnudas que retumban tu nombre a los gritos y ponerme a
llorar de nuevo. Estoy en este cyber retrasando la tristeza, cortándole camino
al dolor, una cosa así. ¿Te das una idea de lo que me cuesta llegar a ese
departamento que hasta hace 1 mes compartíamos? El otro día encontré en el
fondo del cajón del botiquín una maquinita de afeitar tuya y el corazón se me
hizo un puño arrugado y mojado. A veces pienso que nunca te voy a terminar de
sacar de mi vida. Y ojo, no hablo de pertenencias, de fotos, de regalos, de
remeras que te olvidaste o de esa maquinita de afeitar. Hablo de caminar por la
calle y cruzarme con tu voz en la cara de otro, de verte la nuca en el reflejo
de una vidriera, de sentir en el aire que tu olor está presente en cada cosa
que hago o digo. Hablo de eso, la cárcel de lo inolvidable.
Quiero
vivir en medio de un bosque, libre, pisar donde nadie nunca pisó. No quiero
volver a ese departamento gigante y vacío. No quiero tomarme más el 140, ni combinar
en Pellegrini con la B para buscarte por el laburo. No quiero caminar por
Diagonal, sabiendo que al mediodía podés estar dando vueltas para ver si almorzás
en Cabildo de Buenos Aires o si ese día pintó comida por peso. No quiero andar
distraída por ahí, con el culo entre las manos. No quiero vivir agazapada en la
duda, en los planes truncos, en las entradas que compré para que vayamos a
escuchar, con suerte, Sveglia y todas esas canciones que son nuestras. No
quiero más.
Me
escriben pibitos por privado, saben que no estamos juntos. Me escriben para ver
en qué ando, cómo me siento, qué cuento. Estos guachos me huelen, saben cuándo
aparecer, no les puedo creer la puntualidad. Me mandan links con canciones
lindas. Me sacan una sonrisa a las trompadas y yo que no puedo olvidarme de vos
ni de tu puta costumbre de nunca bajar la tabla del baño. No quiero volver a
esta jungla de cemento donde soy un buen partido, donde el “escribiendo…”
eterno de algún flaquito me va a dar muchísima paja, donde ya no encuentro más
maneras amables de rechazar una birra.
Estoy
llorando y mordiéndome los labios. El pibe que atiende el cyber me mira de
reojo y para colmo, en mi mp3 suena la frase maldita: “Y en esta noche en que te pienso desde lejos, cuento los días que me
quedan por pasar sin vos”. Soy una escena cliché sacada de alguna película
también cliché, de esas que bajoneábamos los domingos metidos en la cama.
Estoy en este cyber y lo único que realmente quería avisarte
es que ayer llegó tu paquete de American Apparel. Perdón por el resto.
Caro.
8 comentarios:
Se me hizo puño el corazón. Y no pude evitarlo, leí paredes, Sveglia, y si bien esto no es Pez es muy lindo también. Es un poema de Adelia Prado (en portugués y en español) musicalizado. https://myspace.com/szveglia/music/song/impresionista-ensayo-81195632-89451417
Cómo me puede el portugués, por favor... Y mucho más si es cantado.
Aplaudo, de pie, y llorando un poquito nomas.
Como siempre, el toque Pez hace de todo más hermoso, como solo eso puede hacerlo
Gracias por este aplauso de pie!
Paz, amor, libertad, respeto.
Gracias por este aplauso de pie!
Paz, amor, libertad, respeto.
Más aplausos! Me hice fan! Escribís hermoso!
Gracias Vicky!! Bienvenida siempre ❤
Lo leí de nuevo con Samskeyti de Sigur Rós de fondo y casi se me rompe el alma. Otro aplauso de pie por acá! Ahora sigo con convivencia sagrada.
Publicar un comentario